Hay que ver, con lo medianamente regular que íbamos, pero mejorando poco a poco y ahora nos salen con estas mierdas. ¿Quién diantres es el que puede parar el mundo? (Parafraseando a Groucho y a la M.O.D.A). ¡Que lo pare un ratito, anda!, que nos dejen un espacio en un rincón de pensar, que creo que estamos llegando a la extenuación.
A todo esto, hace unas semanas pude sacar este bolerito que tuve la suerte de grabar en Sevilla con una panda/banda/tropa de ensueño, os lo dejo por aquí por si no lo habéis visto:
Huelga decir que el equipo era un all-stars: Álvaro Ruíz, Juan Gallardo, Alberto Moreno "Cucharillas", Adrián del Camino y Carlos Llano.
Estaba yo en alguno de mis viajes con la guitarrilla, cuando hace unos meses el bueno, buenísimo, superior Juan Gallardo me dice que sí a la idea de grabar algo juntos. Este tipo es mi persona preferida del 2021, así os lo digo. A todo esto, el muy rufián acaba de sacarse un disco que, directamente entra en mis discos de cabecera. A la aceptación de grabar un tema, me dice que si hay voces, no hay nadie como Carlos Llano para diseñar los coros. ¡Dios! pero ¿cómo puede tener tanta magia este muchacho? Lo de Carlos es excepcional, de verdad. Pues palante', que la casa es grande. Decidí buscar otra voz, una con personalidad, encanto y, sobre todo, con magia.
El día que le lancé la propuesta a Alvarito me dijo que sí entre multitud de bromas; le mando el tema y me responde algo muy bonito, no recuerdo qué, pero muy bonito. De ahí, este orfebre de las canciones me lanza un, dile al "Cucharillas", hombre, que canta que no veas. Total, que le escribo al Alberto y puedo decir que no hay persona con mejor energía para subirse a un carro que este pedazo de percusionista/batería/cantante genio. ¡Vamos! que si no me pillara tan lejos, me iba a verlo cada día, porque es un soplo de aire fresco.
Como ya casi lo teníamos, no podía ser que una bandaza así sonase sin cuerpo, así que, para cuerpo, risa, alegría, abanicos y buena onda, completábamos el dream-team con Adrián del Camino. Si hay buena gente en el mundo, (que la hay), Adrián tendría que ser su presidente... y enseñarles a tocar el bajo, ¡copón!.
Entre anises y demás, se gestó una mañana que, para mi, será una trinchera a la que volver siempre.
Encima la requetebonica de Paula Gavilán nos pilló a todos desprevenidos y nos inmortalizó en fotos que podéis ver por aquí por la web.
Y nada, que hoy el insomnio me ha llevado a refugiarme en esta trinchera y quería contarlo.
Y, parafraseando a mi amado Oscárboles:
"La guerra no es lugar para mi
Con el miedo siempre me da por comer
cagalera en la trinchera
esta guerra es una mierda
Deseo desaparecer de aquí"
Si queréis, contadme, ¿Cómo estáis?